viernes, 26 de diciembre de 2008

CUENTO DE AÑO NUEVO


Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
- ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado. Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad...- contesta el ángel más viejo. Y bueno, todas esas son cosas muy importantes.
Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? - Dice el más joven y entusiasta de los ángeles. ¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? - pregunta el anciano.
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta 1os últimos minutos del último día del año.
Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía: "Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres.
Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace.
Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad".
Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.


Ojalá que nuevo año nos traiga a todos ,lo que nos hace falta para ser felices.Porque nada es más importante en esta vida que poder ser FELIZ.
Que estos flamantes doce meses que vamos a transitar nos deparen un sin fin de sorpresas,alegrías y mucho AMOR.
Amigos hasta luego.

viernes, 19 de diciembre de 2008

LA NAVIDAD DE LUIS...




Esta canción siempre me gusto pero me producía un poco de tristeza.No puedo olvidar que en esta Navidad habrá muchos"Luis"que no tendrán en su mesa más que un trozo de pan.
Pensar que celebramos esa noche el nacimiento de un Niño que llegó al mundo en un pesebre.Entre animales ,su madre María y su padre José,le dieron la bienvenida.
Seguramente Jesús(por lo menos él que yo conozco)estaría mucho más cómodo y feliz entre ellos .
Quiero pedirles amigos bloggeros que esta navidad sienten en su mesa o den un presente al "Luis" que tengan más cerca.Seguramente nuestro corazón estará más preparado para recibir al Niño de Belén .Que Ël los colme de bendiciones,los haga inmensamente feliz,les regale todo su Amor y su Paz.
FELIZ NAVIDAD.ALZARÉ MI COPA POR USTEDES.
Hasta luego,amigos.

viernes, 12 de diciembre de 2008

PELUCHE

Peluche
Se estaba acercando la Navidad en nuestro pueblo. Lo que suele poner en movimiento muchos sentimientos diferentes. Desde los tiernamente familiares hasta aquellos religiosos más profundos. Y por supuesto otros no tan elevados, como los que tienen referencia a los hábitos alimenticios y los comerciales.
Una de las grandes jugueterías se habla surtido generosamente a fin de satisfacer todos los requerimientos de sus clientes. Su dueño habla viajado para ello en el tren diesel de las siete de la mañana, llegando a Buenos Aires a eso del mediodía. Durante varias horas había recorrido los negocios de la zona, proveyéndose de juguetes. Con ellos regresó en el mismo tren de las seis de la tarde.
En las estanterías podía verse de todo. Armamentos de hojalata, con banderas extrañas a nuestro pueblo, a fin de ayudar a nuestros pequeños a mentalizarse respecto a cómo está armado el mundo y en qué ponemos nuestra confianza cuando hablamos de la paz. Junto a estos juguetes se encontraban otros artefactos bélicos de plástico, habitados por monstruos del más pésimo gusto televisivo. Por supuesto, había también muchas otras cosas bonitas y dignas de ser obsequiadas en la alegría navideña.
Entre éstas se encontraba un precioso osito de peluche, de gran tamaño.
Realmente era bonito. Parecía trasuntar cariño, y sus ojitos pequeños y brillantes le daban una extraña vida que cautivaba a quienes quisieran mirarlo con interés. Era un juguete valioso, y por tanto nada barato. Y Peluche lo sabia. Sin delirios de grandeza, él se sentía entre lo mejor que se podía conseguir en aquel lugar.
Justamente ése era su drama. Porque los que tenían suficiente dinero como para comprarlo, no tenían niños a quienes obsequiárselo. Y los que tenían muchos niños carecían de dinero. El ser valioso era la causa de sus problemas. Porque a medida que se acercaba la Nochebuena, Peluche veía cómo las estanterías se iban vaciando de juguetes, mientras que él continuaba siendo admirado, pero sin que nadie se decidiera a adquirirlo para alegría de un niño.
La ansiedad que había ido creciendo con las horas se le transformó en angustia, cuando vio que el dueño de la juguetería bajaba lentamente las pesadas cortinas metálicas de aquella tienda. Luego se apagaron las luces y dentro reinó el silencio. De afuera, en cambio, llegaba todo el bullicioso festejo navideño.
En la oscuridad, a Peluche le entraron ganas de llorar. Se dio cuenta que pasaría la primera Navidad de su vida de la manera más triste que se podía imaginar. Solo y sin nadie con quien compartir todo eso valioso que sentía poseer. Lo que más le dolía era saber que se había quedado solo, justamente por ser valioso. Si hubiera sido barato ya estaría en manos de alguien, compartiendo la fiesta, aunque no fuera más que por unas horas.
De repente se sobresaltó. Creyendo soñar, vio que la sala se iluminaba con una luz suave y bella. Y sus ojitos brillaron de estupor cuando vio al mismísimo Jesús, que había entrado en la juguetería con una gran bolsa en la mano. Habla venido a buscar juguetes a fin de distribuirlos él también. Porque tienes que saber que aquí, a los chicos ricos son sus padres quienes les traen los regalos. Mientras que a los pobres, se los manda Dios.
Peluche tuvo la certeza de que esta vez alguien se lo llevarla con él para ser la alegría de un chico. Este Señor tenía muchos niños, y además era suficientemente rico como para pagar su precio y adquirirlo. Esperó, por tanto, con ansiedad, que se le acercara.
Cuando estuvo delante, el Señor lo miró -como nunca nadie antes lo había mirado- y le dirigió la palabra con toda naturalidad:
-Peluche, ¿quieres acompañarme esta Nochebuena para repartir regalos a los chicos de la Tribu?
Y como la palabra del Señor es poderosa y da vida a todo aquél a quien se dirige, Peluche sintió que un extraño temblor se apoderaba de todo su cuerpo. Saltó de la estantería y dando cuatro vueltas de carnero en el piso se puso a bailar lleno de alegría. De no haber sido de peluche hubiera hecho un ruido infernal. Pero nadie sintió nada. Sobre todo porque todos estaban ocupadísimos, celebrando la Navidad. Tan entretenidos estaban en ello que ni siquiera vieron a Jesús con la bolsa al hombro y con Peluche de la mano, caminando por sus calles rumbo a la salida. Hubo quienes al verlo desde atrás pensaron que se trataba de un vagabundo acompañado de su perrito. Es tan fácil confundir al Señor con un pobre cualquiera... ¡y más en Navidad!
Cuando ganaron las afueras del pueblo, Peluche quedó extasiado. Vio por primera vez la noche de los campos. El cielo estaba que hervía de estrellas. Los grillos cantaban desde los pastos. A lo lejos los perros y los gallos indicaban dónde vivían los pobres. Y en los reparos, los bichitos de luz iluminaban la noche del verano.
-¡Qué hermosa es la noche!, exclamó Peluche.
-Sobre todo si vas de mi mano, le dijo Jesús. .
Y así fueron visitando los ranchos. Cuando se acercaban a uno de ellos, les salían al encuentro los perros. Los perros del indio no ladran. Van derecho al bulto. Pero cuando descubrían que era Jesús quien venía, inmediatamente se abuenaban.
Y mientras el Señor los acariciaba para entretenerlos, Peluche sacaba de la bolsa un regalo, y entrando sigilosamente por la ventana abierta lo dejaba al lado de los niños dormidos.
Y todavía se quedaba un ratito para mirarlos sonreír en sueños. Como sucede en Navidad.
Y así se fue gastando la noche. Cuando ya quería ir saliendo el lucero, Jesús le dijo a Peluche:
-Mira, ahora vamos todavía a visitar el rancho de Doña Matilde. El mejorde los regalos tiene que ser para su nietecito, que está enfermo.
Y nuevamente, mientras el Señor se entretenía con los perros de Doña Matilde, Peluche buscó en la bolsa el regalo mejor. Pero descubrió con sorpresa que ya no habla más regalos. Estaba completamente vacía. Y perplejo se lo dijo a Jesús. Pero éste, guiñándole un ojo, como quien ya sabía el asunto, le dijo:
-Haz como yo. ¡Regalate tú!
Nota: Nunca se supo en la Tribu cómo hizo Doña Matilde para conseguirle a su nietecito un regalo tan hermoso. Y hasta hubo gente malintencionada que sospechó de ella... Son tan ladrones los pobres... Si te acercas, te roban el corazón.


AMIGOS SE LOS REGALO PARA ESTA NAVIDAD...TIENE UN LINDO MENSAJE....OJALA LES AGRADE COMO A MI...

viernes, 5 de diciembre de 2008

EL AÑO QUE VIENE A LA MISMA HORA




Esta bella canción interpretada por Johnny Mathis y Jane Olivor,pertenece a una película que les recomiendo ver:"EL AÑO QUE VIENE A LA MISMA HORA".(Alan Alda//Ellen Burstyn).
Se encuentran y tienen una aventura.Todos los años vuelven a encontrarse en el mismo lugar y repiten el fin de semana juntos.
La película abarca unos 30 años y vamos viendo como los dos protagonistas se hacen amigos y como transcurren sus vidas,sin ningún contacto el resto del año.
La he visto muchaaaaas veces y me produce distintas sensaciones:me río y emociono .Me pregunto cómo pueden dos seres amarse de esa manera ,no verse, ni llamarse,y respetar a lo largo de más de 30 años el encuentro .Cómo no se buscan antes,cómo nadie se los adivina.Existirá un AMOR así?.Cómo me gustaría que termine?.Quién es capaz de vivirlo de esa manera?.
A mi me gustó el final...lo esperaba...He descubierto que no me gustan las películas de AMOR que terminan mal....Por lo menos en la ficción sería bueno que los amores se cumplan siempre.....
No importa como sea o como podamos vivirlo ,siempre vale la pena vivirlo...porque el AMOR es lo más...
Hasta luego amigos.