
Lección de fuego
Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un club Rotario, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades.
Después de algunas semanas, el líder de aquel grupo, el Presidente del club, decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.
El líder encontró al hombre en casa... solo... sentado delante de la chimenea, donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando...
Se hizo un grave silencio.
Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían.
Al cabo de algunos minutos, el líder examinó las brasas que se formaron y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, empujándola hacia un lado.
Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil.
El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto.
Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y su fuego se apagó de una vez.
En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de calor y luz, ahora no pasaba de ser un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea.
Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolar saludo inicial entre los dos amigos.
El líder, antes de prepararse para salir, manipuló nuevamente el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en el medio del fuego.
Casi inmediatamente se volvió a encender, alimentado por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno de él.
Cuando el líder alcanzó la puerta para partir, su anfitrión le dijo:
- Gracias por tu visita y por el bellísimo sermón.
Regresaré al grupo.
¡Que Dios te bendiga
Por suerte yo tampoco tengo que hacer un discurso...con este bello relato quiero que sepan que he vuelto porque quiero seguir siendo una fiesta de calor y luz...
Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un club Rotario, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades.
Después de algunas semanas, el líder de aquel grupo, el Presidente del club, decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.
El líder encontró al hombre en casa... solo... sentado delante de la chimenea, donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando...
Se hizo un grave silencio.
Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían.
Al cabo de algunos minutos, el líder examinó las brasas que se formaron y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, empujándola hacia un lado.
Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil.
El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto.
Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y su fuego se apagó de una vez.
En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de calor y luz, ahora no pasaba de ser un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea.
Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolar saludo inicial entre los dos amigos.
El líder, antes de prepararse para salir, manipuló nuevamente el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en el medio del fuego.
Casi inmediatamente se volvió a encender, alimentado por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno de él.
Cuando el líder alcanzó la puerta para partir, su anfitrión le dijo:
- Gracias por tu visita y por el bellísimo sermón.
Regresaré al grupo.
¡Que Dios te bendiga
Por suerte yo tampoco tengo que hacer un discurso...con este bello relato quiero que sepan que he vuelto porque quiero seguir siendo una fiesta de calor y luz...
Ustedes son las brasas y juntos danzamos convirtiendonos en un GRAN FUEGO,y el que nos visita siempre se lleva de nuestros blog luz y calor..
Cada vez que visito a uno de mis amigos bloggeros me lleno de luz ,alegria ,calor,emocìones,y sabidurìa...
Por eso amigos gracias por ser las brasas que calientan e iluminan mi corazòn.
Hasta luego.